Muchas veces me lo pregunto.
Me pregunto cuando mordí por primera vez esa manzana envenenada, cuando sangró mi dedo al desgarrarme con la rueca de la malvada bruja, cuando empecé a pasearme por estos oscuros paisajes que ahora me envuelven, me abrazan en la noche continua rodeándolo todo.
Duermo...
¿Verdad?
Estoy durmiendo, soñando... Nada de lo que vivo es real, pero lo siento tanto... Me duele, me duele y me gusta, me encanta, pero lo odio...
Lo odio.
Pero déjame quedarme aquí, no quiero irme, no me obligues...
Una vez estuve despierta, y sabía que lo estaba, ¿lo sabía? o eso creo... Mis ojos estaban abiertos y podía ver esa luz, mi alrededor... podía verlo todo. Y todo era tan... diferente.
Pero entonces pasó.
¿Cuándo? Ya lo dije, me gustaría saberlo.
Empezó la oscuridad. Ciega en las tinieblas me movía con solo la brújula de mis sentimientos que poco a poco iban marchitando, los pétalos de una rosa cautiva iban caiendo poco a poco, moría... y aun sigue haciéndolo.Me gustaría también saber que pasará cuando mi brújula me abandone sola y ciega en la oscuridad, cuando ya no quede nada más que mi cuerpo vagando por mis queridos pasajes, cuando ya no me quede nada...
Abandonada y sin más compañía que...
¡Mierda!
No me puede estar pasando, pero no quiero despertar, he estado demasiado tiempo dormida, ciega, a oscuras...
¡Déjame dormir!
Por favor...
...déjame...





En fin, hace ya tiempo que no me sentía lo suficientemente inspirada como para volver a escribir en el blog. La última entrada ya me pareció un poco forzada y no quería que este blog se transformara en un baúl de textos con una esencia algo confusa. Por eso, hoy escribo de nuevo no para contar ninguna historia sino para sincerarme ante las personas que, por algún tipo de curiosidad, lean esta nueva entrada. 