domingo, 14 de diciembre de 2008

FRÍO...

¿Qué pasa?

Tengo frío...

No se si es por este invierno, no se si es por esto que siento, pero tengo frío. Es un frío penetrante. Apenas siento la sangre correr por mis dedos... por mis manos... Apenas siento los latidos de mi corazón. Como cada día voy avanzando como puedo, pero esta vez es diferente. Ese frío se va esparciendo por mi cuerpo lentamente, dejándome sin salida frente este cruel e inacabable laberinto. Cada vez siento el dolor más y más adentro, más y más profundo y agudo. Ese dolor que trepa por mi cuerpo junto al frío.... que tinta mi sangre con la oscuridad de su veneno...

No puedo aguantarlo más.

Como puedo, con las casi extinguidas fuerzas que me quedan, salgo a la helada noche. Avanzo... y en un callejón, seguramente cerca de la playa puesto que me parece escuchar débilmente las olas del mar rompiéndose violentamente contra las rocas, me dejo caer.

Yaciendo allí apoyada en la pared, en el suelo, dirijo mi mirada arriba.

Luna llena.
Siento como mis ojos se llenan de esa luz cegadora y, al momento, solo hay oscuridad.

Oscuridad y dolor... y frío... y ira...

Los sentidos me abandonan, me dejo llevar por el hechizo de la luna, un hechizo que penetra asta el rincón más profundo de mi cuerpo, un hechizo que me llena de una extraña fuerza...

Me levanto.

Algo me atrae... algo llama a mis sentidos...

Ese olor...

Mi cuerpo, como fuera de sí, avanza rápidamente por los callejones en desesperada búsqueda, ansioso por encontrar el origen de su deseo.

Allí estaba...

Esa joven andaba sola por un oscuro callejón...

Mis ojos ya no podían ver, estaba completamente cegada...

Sentí un apetito voraz, ira, dolor, frío... ¿frío? ¿O era calor?

Junto a la ira... el dolor... el frío... sentía algo más.

Era aquel sabor...

Aquel sabor que embriagaba mi mente, un sabor férreo, saldo y tan dulce a la vez...
...

Al día siguiente me desperté en aquel callejón. Esta vez estaba menos oscuro, el sol estaba saliendo y mi cabeza parecía que iba a reventar.

Mire alrededor.

Una imagen detuvo mi corazón por segundos. Mi cuerpo no respondía y creía que iba a enloquecer.

Deseando que aquella imagen desapareciera me cubrí los ojos con mis manos.
Noté un tacto húmedo junto a un olor fuerte y férreo...

Inmediatamente aparté las manos de mi rostro y mis ojos, incrédulos, intentaban rechazar lo que se estaba proyectando en ellos... mis manos temblaban recubiertas de aquel líquido carmesí, el mismo líquido que recubría lo poco que quedaba de una muchacha en el suelo ante mí, el mismo líquido del que yo misma estaba recubierta...

El mismo líquido que sentía ahora en mi boca...

jueves, 2 de octubre de 2008

SIGUE, PEQUEÑA, SIGUE

Otra vez...

No puede ser...

¿Es que no marchará nunca?

¡Silencio! ¡Vete!

¿Por qué vuelves?

Te enterré. Te enterré con mis propias manos. Ya no existías para mí, la tierra cubrió los últimos recuerdos que aun quedaban persistentes en tu rostro pálido...

Logré olvidar.

Vida nueva, gente nueva, lugares nuevos... Todo era nuevo para mí. Ahora ya no me hacia falta recordar. ¿Para qué? Mejor era el presente.

Pero... ¿de verdad logré olvidar?

Si es así, ¿porque vuelves a susurrarme?

¡Déjame!

No te atrevas a quedarte. No te atrevas...
¡Cállate!

No quiero volver a escucharte.

Maldita voz en mi cabeza... ¡Deja de atormentarme!

No volveré a caer en tu trampa. Esta vez no. Esta vez tengo dónde agarrarme.

Y creeme cuando te digo que no pienso soltarme...

No volveré a caer en el vacío. No volveré a caer sin levantarme.

Sigue, pequeña. Sigue andando.

Tu camino aun no ha terminado...

miércoles, 23 de julio de 2008

NOCHE DE PASIÓN

Esa noche el cielo lucía un delicado manto de estrellas iluminado por una enorme luna llena que bañaba la ciudad con una hermosa luz blanquecina, cuya belleza penetraba por la ventana y acariciaba tiernamente el cuerpo semidesnudo de Selena, bañándola de una pura inocencia. Ella estaba recostada en la cama, vestida únicamente con un camisón que marcaba insinuantemente sus pechos bajo esa suave seda negra que hacía que mi mente se sumergiera en sus más prohibidos rincones... Su cabello, largo y ondulado, caía libremente por encima de sus hombros encendiendo en mí una enorme pasión con su color, su color rojo como el fuego que ahora ardía en mi corazón inextinguible. Sus ojos verdes me invitaban a cometer las travesuras más impensables, mientras me susurraba con una voz cautivadora:

"Ven... hazme tuya..."

Yo me acercaba a la cama llevado por el deseo, por esa imagen que ahora me atraía con su lujurioso encanto. Me dejé llevar por el hechizo que Selena había desencadenado sobre mi cuerpo, ahora ya no había vuelta atrás. Suavemente acariciaba su cuerpo mientras su piel de terciopelo se estremecía bajo mis manos, provocando que la deseara cada vez más. Poco a poco, fuimos quitandonos la ropa que ahora sobraba en la escena. Nuestros cuerpos se rozaban entre ellos haciendo que cada vez sintiéramos más y más calor. Un calor que sus labios hacían que olvidara, fundiéndose con los mios en ardientes besos que aspiraban a ser eternos... Esos besos que ahora recorrían ansiosos cada rincón de su cuerpo y hacían que Selena se estremeciera de placer, repitiendo una y otra vez lo loca que la volvían. Ya no podíamos aguantar más, así que le susurré un "¿Estás lista?" en el oído mientras besaba tiernamente su cuello. Nos miramos. Mis ojos se reflejaron en esos preciosos ojos verdes que tanto amaba y ella movió sensualmente sus labios formando la deseada respuesta.

"Sí ..."

Entonces llevados inocentemente por los besos, inexpertos por el deseo, juntos por el amor, lo hicimos. Empecé a entrar en ella lentamente, por miedo de lastimarla, al tiempo que ella soltaba un pequeño grito mezcla de dolor y placer. Yo le preguntaba una y otra vez si le dolía, si se sentía molesta... Pero ella siempre me respondía que siguiera, que no me preocupara. Así que seguimos. Las horas pasaban lentamente mientras nuestros cuerpos se unían una y otra vez bajo las sábanas. Poco a poco nuestra respiración se incrementaba al ritmo de nuestros cuerpos, acelerando cada vez más y más, haciendo que Selena se retorciera bajo mi cuerpo llevada por el embrujo que esa noche había caído sobre su alma.

Susurros de palabras prohibidas llenaban la habitación, caricias ocultas nos descubrían nuevas puertas hacía el paraíso, besos desenfrenados hablaban por nosotros esa noche en la que los dos yacimos juntos por primera vez.

Como tantas veces habíamos deseado, como tanto habíamos esperado...

Yo seguía adentrándome en aquel paraíso mientras los gemidos de Selena iban transformándose en audibles gritos en los que me repetía una y otra vez que me amaba. Deseaba que nuestros cuerpos se fundieran, que sus labios fueran los míos. Mi lengua iba acariciando sensualmente la suya, bajando luego por su cuello para llegar al fin a sus perfectos pechos de marfil. De pronto, Selena puso sus manos en mis hombros y me tumbó en la cama mientras ella se colocaba encima mío. Me besó tiernamente y volvió a unirse a mí una vez más, pasando así de ser la esclava a ser la dueña de mi cuerpo. Ella se movía sensualmente encima mío como si de una serpiente llena de pasión se tratara mientras me arañaba salvajemente los brazos, el pecho, las mejillas... con sus largas uñas. Todo parecía dar vueltas a nuestro alrededor, ya nada importaba. Solo estábamos ella y yo, movidos por el deseo, en aquella cama, gritando de placer, retorciéndonos sin parar. Yo la deseaba cada vez más y más, deseaba que esa noche no acabara, deseaba que ella se quedara siempre conmigo, deseaba... yo deseaba...

En ese momento su cuerpo se estremeció encima del mío temblando de placer a la vez que un último grito puso fin a aquella inolvidable escena.

Ella cayó sobre mi cuerpo abatida. Yo la abracé y la besé notando su agitada respiración y su corazón latiendo fuertemente dentro de su pecho. Ahora ella estaba apoyada en mi pecho, yo acariciaba su pelo rojo que se enredaba en mis dedos, mientras dos palabras despedían aquella noche, dando la bienvenida a un nuevo día.

"Te amo..."

jueves, 3 de julio de 2008

EL ÚLTIMO ADIÓS

El despertador volvía a sonar estridente esa mañana. Lo miré. Marcaba las 7:30 de la mañana y, como de costumbre, me levanté un poco somnolienta para dirigirme a la cocina. Mientras la cafetera cumplía su función miré el portátil:

"Un mensaje recibido"

No me sorprendió demasiado encontrar un correo de Jose en la bandeja de entrada, así que cogí el café ya listo y me dispuse a leerlo con tranquilidad.

"Querida Ana:

Se muy bien que es tarde para decirte esto, también se que hubiera sido mejor decírtelo en persona y no de esta manera. Pero no ha podido ser. Ante todo, lo siento.

Tengo que irme. Me voy. Me voy lejos de aquí.

¿Dónde? No lo sé... ¿Cuándo? El tren sale mañana por la mañana, a las 8:00.
Te preguntarás cuando volveré....

Lo siento Ana, lo siento mucho, pero no tengo elección. Ya lo he decidido. Me marcho, y no se cuando voy a volver. Puede que sean semanas, meses, o incluso años...

Se que estarás enfadada. Puede que incluso no me llegues a perdonar nunca. Lo entiendo. He sido cruel contigo. No merezco tu perdón...

Pero quiero que sepas, que por más kilómetros que me separen de ti, mi corazón siempre será fiel al tuyo, aunque encuentres a otro al que amar yo siempre te amaré a ti, Ana...

Pase lo que pase... siempre te querré.


Siempre tuyo:

Jose.

P.D: No llores por favor, se fuerte. Lo último que me gustaría es verte llorar. TE AMO."

¡Hijo de puta...!¡Cabrón...! ¡¿Cómo podía estar haciéndome eso?! Yo... lo había dado todo por él y ahora... No pude evitar que los ojos se me llenaran de lágrimas mientras enfurecida gritaba al portátil cómo si a través de él mis palabras pudieran llegar a ese desgraciado que me abandonaba cómo si yo solamente hubiera sido un simple pañuelo. Me usó. Me usó y ahora me dejaba tirada. Los dos sabíamos que no iba a volver. No tenía ningún derecho... Yo... yo...

Tranquila...

¡¿Cómo voy a estar tranquila?!

Relájate...

¡¿Relajarme?! ¡¿Qué hora es?!

Entonces miré el reloj. Las 7:45. Aun quedaba tiempo. Solo tenía que ir a la estación y hablar con Jose. Seguro que sería capaz de convencerlo de que se quedara aquí, en Barcelona, conmigo... Tenía que salir rápido. No podía entretenerme.

Salí de casa a toda prisa y me metí en el coche. Menos diez. Aun quedaba tiempo. Pisé el acelerador con fuerza y me dirigí velozmente a la estación. No quedaba muy lejos de casa, así que aun quedaba alguna esperanza de poder hablar con Jose.

Llegué a la estación. Menos cinco, el tren estaría a punto de marchar. Aparqué el coche y bajé de él tan rápido como pude, apresurándome hacia el andén. Acalorada y fatigada llegué al fin al lado de las vías. Miré a ambos lados esperando encontrar a Jose por alguna parte. Nada. Mi mirada se perdía entre la multitud buscando una figura que temía no volver a ver nunca. Aquellos ojos color miel, aquel pelo castaño, aquella sonrisa embelesadora...

¡NO!

Me negaba a perderlo ahora. Me negaba a hacer como que no había existido nunca. Me negaba a abandonar sus caricias, sus abrazos, sus besos, sus labios... ¡Dios! ¡Le amaba tanto! Esto no podía estar ocurriendo...

Un pitido devolvió mi mente a la realidad. El tren partía. Ya no había más tiempo. Todo había terminado. No quería aceptarlo, no podía. Pero tampoco podía hacer nada.

Las 8:00.

Entonces lo vi, lo vi por última vez. Jose estaba sentado en el tren que ahora se acababa de poner en marcha, listo para partir hacia su nuevo destino. Tenía la mirada perdida y parecía estar observando algo en sus manos. No me atreví ni a intentar imaginarme qué podría estar captando su atención de esa manera. Aunque yo lo sabía muy bien. No podía ser otra cosa...

Me quedé petrificada mirando por última vez al que tiempo atrás me había jurado su amor. A la persona que tiempo atrás me repitió una y otra vez que siempre permanecería a mi lado. A la persona que ahora se marchaba sin más despedida que un correo...

Vi el tren desaparecer poco a poco hacia el horizonte. Llevándose consigo una parte de mí, un trocito de mi corazón, una cacho de mi alma. Ese tren, al partir, se llevó mi felicidad, mis ganas de vivir.

Mis ojos se humedecieron pese a la petición que Jose me había hecho en el correo...

"P.D: No llores por favor, se fuerte. Lo último que me gustaría es verte llorar. TE AMO."

Al recordar sus palabras, su "TE AMO", no pude evitar que las lágrimas resbalaran por mis mejillas. Tube ganas de gritar y echarme a llorar como una loca, de gritarle a Jose todas las palabras que ahora rondaban mi mente. Tube ganas de tirarme a las vías del tren y acabar así con ese sentimiento que no me dejaba respirar...

Pero en cambio allí me quedé, inmóvil. Mirando el horizonte. Esperando algo que sabía que era imposible. Despidiéndome del que se supone era, o mejor dicho, fue mi gran amor. Cegada por mis lágrimas. Atravesada por el dolor. Sangrando el corazón.

Hasta nunca...

martes, 1 de julio de 2008

"LE BORDEL LUXURE" Cap. 3 --- Decepción

El espectáculo terminó, y Jack permanecía inmóvil en su mesa, aun asombrado por lo que acababa de experimentar. Esa belleza acababa de conseguir algo que nadie había conseguido desde hacía mucho tiempo. Jack juró hace años que no volvería a enamorarse, juró que nunca más quedaría impresionado por una mujer, juró que nunca más entregaría su corazón a nadie. Desde ese momento Jack estuvo con muchas mujeres, princesas de la noche que ofrecían su magia por una buena suma de dinero. Eso era lo que conocía hasta el momento Jack. Pero esta vez experimentó algo diferente. No lo movía la lujuria, ni el placer, ni siquiera el deseo. Era un sentimiento completamente diferente.

Jack temía volverse a haber enamorado una vez más así que decidió salir de allí a toda prisa e intentar olvidar el asunto. Así, salió una vez más a la fría y oscura calle, y se puso a andar hacia su casa de nuevo. Sus pies avanzaban como arrastrados por una fuerza exterior, ya que ahora su cabeza volaba pensando una y otra vez en la bella cabaretista que había causado aquél sentimiento en él. Llegó a su casa, abrió lentamente la puerta, colgó la gabardina y el sombrero detrás de la puerta y se acostó sobre la cama intentando conciliar el sueño y así olvidar a la bella Samantha. Pero le fue imposible, cuanto menos quería pensar en aquello, más imágenes le sobrevolaban la mente. Samantha se movía sensualmente en su cabeza, contoneando sus caderas, cantando con su voz desgarradora, invitándole a seguirle, a ir con ella...

¡Basta!
Jack se despertó de un sobresalto. Miró el reloj. Las 22:15. No era tan extraño al fin y al cabo, otras muchas veces se había quedado todo el día durmiendo. Jack siempre había preferido la noche así que no le importaba. Lo que realmente le inquietaba ahora era esa mujer que había capturado su mente. Jack se estaba volviendo loco, no podía parar de pensar en ella, tenía que mantenerse ocupado o de lo contrario pasaría lo que una vez juró que no volvería a pasar. Tenía que volver a verla, tenía que hablar con Samantha.

Así pues, Jack volvió a dirigirse al Bordel Luxure esperando a que esa belleza volviera a actuar. Llegó una vez más a la puerta, entró y dejó su gabardina y su sombrero en recepción. Pero esta vez no fue directamente al salón de espectáculos, sino que probó suerte intentando colarse en los camerinos y así poder hablar con la pequeña joya. Quizá fue un golpe de suerte, pero en ese momento Jack vio que tenía vía libre y avanzó cauteloso hasta una puerta donde pudo leer un nombre que hizo que una flecha le traspasara el corazón: Samantha. Allí estaba su camerino, y allí debía estar ella, preparándose para el fabuloso espectáculo. Jack llamó a la puerta y un voz femenina respondió desde dentro.

-¿Si?
-¿Samantha? - Respondió tímidamente Jack.

No se produjo ninguna respuesta, por lo que Jack pensó que había fracasado en su intento. Pero de repente la puerta se abrió violentamente acompañada de la imagen de Samantha, que empezó a vociferar de repente.

-¡¿No te había dicho que te marcharas Ray?! - gritó algo enfadada - Oh... lo siento. Creía que eras Ray... Por cierto, ¿Quién demonios eres tú? ¿Y qué haces aquí? - Preguntó algo confusa.
-Me... me llamo Jack. Me gustaría hablar contigo.
-¿Qué eres otro fan? ¿Otro cliente? ¿Otro cazador de talentos? ¡A cuántos más tendré que soportar! - dijo con un todo teatral y acompañando estas palabras con un gesto de tragedia bastante sarcástico.
-Yo... yo no he venido a por nada de eso.
-¿A no?- preguntó interesada- ¿Y a por qué vienes entonces?
Jack vaciló unos instantes y al fin dijo:
-Venía a mostrarte lo que siento, me gustaría conocerte.

Dicho ésto Samantha soltó una carcajada y estalló en una cruel risa que atravesó el corazón de Jack, quién temía lo peor.

-¿Pero es que te has vuelto loco? ¿Es que no sabes quién soy yo? ¿Enserio te gustaría compartirme cada noche con un hombre diferente? ¿Es eso lo que querrías?

Jack no había pensado en ésto último que Samantha le había dicho, y una vez hubo recapacitado cayó en la conclusión de que por desgracia esa sería la vida que habría de elegir si pensaba enamorarse de aquella cabaretista.

-Lo se, y no me importa. No si es lo que quieres- Concluyó Jack.
-Mira cariño, esto no funciona así. Creeme, me ha pasado millones de veces. Es mejor que me olvides y sigas viviendo tu vida. Yo ya he elegido la mía.
-¡No! ¡Déjame una oportunidad! ¡Solamente una!- suplicó Jack.
-Lo siento, las cosas no son como uno las quiere - se limitó a decir mientras abría la puerta de su camerino invitándole a salir.

Jack intentó decir algo más, pero sabía que dijera lo que dijera no convencería a Samantha, así que volvió a cerrar los labios y se dirigió cabizbajo hacia la salida. No había nada que hacer y él lo sabía. Ella era una cabaretista y no se iba a enamorar del primero que viniera a pedírselo. Era del todo surrealista.

Los días pasaron lentos y horriblemente vacíos. Jack estaba tirado en su cama, ahogando toda su tristeza en un vaso lleno de whisky, intentando mantenerse distraido con las sutiles formas del humo del tabaco. Era imposible olvidar, imágenes de todo tipo acudían a su mente. Hacía días que no dormía, incluso semanas, puede que meses. El tiempo ya no le importaba. Podría haber esperado tranquilamente en esa cama infinitamente a que la muerte se lo llevara, podría haber llamado a la muerte rápidamente sin tener que esperar. Pero Allí estaba, tumbado en su cama. Volviéndose poco a poco más demente...


(¿Qué pasará con el loco de Jack? ¿Morirá? ¿Sam vendrá a por él? Si quereis que os diga la verdad... no lo se ni yo. Continuará...)

domingo, 15 de junio de 2008

ELEONORE


El cuarto de baño estaba levemente iluminado por las tenues luces de unas velas que Eleonore había preparado con anterioridad. La habitación podría haber estado completamente en silencio, excepto por el rumor del agua que poco a poco iba llenando la bañera. Eleonore atravesó lentamente la puerta, avanzando decidida con sus pies descalzos, vestida con un ligero camisón blanco de seda, aquél que antes tanto le había gustado a él...

La joven muchacha dirigió su mirada a la bañera que estaba aun llenándose y se acercó para apagar aquel torrente de agua que se le clavaba en el cerebro y le hacía dudar. Pero solo dudó unos segundos. Los justos para recordar aquellos dulces labios que ya no estaban. Los justos para que una melancolía terrible se apoderara de ella. Los justos para hacer que la joven Eleonore se hiciera más débil, cayera en aquel horrendo estado de añoranza. Los justos para que se hiciera más fuerte en su decisión.

Así pues, Eleonore miró por última vez su imagen reflejada en el espejo. Una joven muchacha de cabello rubio como el oro y pálida tez le devolvía la mirada desde el otro lado, una mirada triste, vacía... "¿Cómo no iba a estarlo si ya no había nadie que la llenara?" Se preguntó Eleonore mientras las lágrimas iban cayendo por su blanca piel, manchándola con el maquillaje negro que arrastraban y haciendo que aquella mirada quedara aun más vacía.

Suspiró. Suspiró y fue adentrándose lentamente en el agua. Poco a poco su ropa se iba mojando y marcando esa hermosa figura bajo la fina seda que ahora estaba completamente empapada dentro de aquel sepulcro de agua.

Una vez dentro del agua, Eleonore miró con calma todo lo que la envolvía. Las velas iluminaban apenas su alrededor y una inquietante oscuridad rodeaba a la muchacha que ahora observaba con la mirada perdida una pequeña cuchilla que estaba a su lado.

La tomó.

Tomó la cuchilla en sus manos y sintió como el frío acero acariciaba su muñeca haciendo que se estremeciera su piel en un ligero escalofrío. Pero no paró. Siguió pasando la cuchilla con fuerza por su muñeca. Sintió como ese frío acero que antes la acariciaba ahora penetraba en su piel como un metal ardiente. Sus manos temblaban y sus ojos se cerraban con fuerza mientras sentía como su sangre iba resbalando por su brazo para al fin mezclarse con el agua, tiñéndola de un color cada vez más oscuro.

Eleonore ya no sentía ningún miedo. Estaba cada vez más cerca de conseguirlo. Cada vez le faltaba menos para volver a estar con él. Volvería a ver aquella mirada que tanto llenaba la suya. Volvería a saborear esos labios que la besaban con ternura. Volvería a... volvería a...

La oscuridad se apoderó por fin de todo.

De repente una luz parecía mostrar una figura a lo lejos.

Era él, estaba segura.

La joven corrió hacia la figura que le esperaba con esa hermosa sonrisa...

Se abrazaron con fuerza y mirándose a los ojos se acercaron lentamente dispuestos a fundirse en ese beso eterno que tanto habían esperado.

Eleonore sentía ya los anhelados labios cerca de los suyos, estaba a punto de conseguir su mayor deseo cuando... una luz cegadora le separó sin piedad alguna de su amor...

La muchacha abrió los ojos y vio borrosamente unas paredes blancas que la rodeaban. Estaba tumbada en la camilla del hospital, era de noche y sus muñecas estaban envueltas con una especie de venda.

Eleonore permaneció allí inmóvil, sin hablar, sin reír, sin llorar...

Estaba loca...

¿Loca?

No... eso era lo que decían los médicos.

Eleonore esperaba el día en que la muerte decidiera llevársela de una vez por todas para poder al fin reunirse con su amado...

lunes, 2 de junio de 2008

EL CAMINO

Desde aquí veo un camino, largo, difícil, quizá angosto. ¿Quién sabe?

Decido seguirlo, aunque al verlo dude un segundo, es muy largo, parece demasiado difícil. Aun así, lo sigo. ¿Qué podría perder?

Lo sigo, como alguien dijo alguna vez, sin prisa pero sin pausa. Prestando minuciosa atención a cada paso, a cada movimiento. Teniendo sumo cuidado en cada trecho que avanzo.

Tropiezo.

Me caigo.

Y me duele.

En el suelo, herida y cansada, me planteo si merece la pena seguir caminando. ¿Valdrá la pena seguir avanzando?¿Qué habrá al final del camino?

Después de planteármelo varias veces, e intentando vislumbrar algo delante mío, me levanto. Me pongo en pié con bastante dificultad, dolorida aun por el golpe, pero animada pensando en qué me deparará el misterioso camino.

Sigo andando.

El día se aclara y la hierba brilla fresca y viva junto el camino. Las flores salpican el manto verdoso con sus pinceles de colores. Respiro tranquila, parece que el dolor de la caída ha remitido. Contemplo , eso sí, sin dejar de caminar, el magnífico espectáculo.

La veo.

Mi mirada se clava en ella.

Me detengo unos segundos. Tan solo los necesarios para acariciar esa bella flor que ha cautivado mi alma. ¿Qué hago ahora? ¿Qué es lo correcto?¿Qué debo hacer?

Tengo miedo.

¿Y si ella no quiere venir conmigo?

Le susurro mis deseos, mis más íntimos secretos. Ella parece conforme, no parece querer mostrar resistencia, así que suavemente la cojo.

La beso.

Sigo avanzando, ahora con mi nueva compañera. Esa flor que con tanto amor llevo junto a mi corazón. Esa flor que ahora me acompaña en mi camino.

Así pasan los días y las noches. Camino y camino por el largo sendero que un día decidí tomar. A veces llueve, a veces para de llover, sale el Sol, o se muestra pura la Luna...

Cansada, muy cansada ya, sin poder casi moverme y sin apenas poder hablar, veo algo diferente. El camino ha cambiado mucho desde que lo empecé, más ancho, más estrecho, más iluminado, más oscuro, verdoso, desierto, tranquilo, agitado...

Pero esta vez es diferente.

Mis ojos confirman las sospechas que acaba de forjar mi mente. Incrédula, froto mis ojos con mis manos y vuelvo la mirada al frente. No puede ser... Tanto tiempo esperando y al fin...

El camino ha terminado.

¿Así, sin más?

No.

Me acerco al final del camino y descubro la realidad.

Un acantilado.

Así acaba el camino que escogí.

¿Ha valido la pena? ¿Hice bien en seguir caminando? ¿O quizá tendría que haber dado la vuelta la primera vez que me caí?

Después de meditarlo unos instantes me doy cuenta.

Suspiro.

Ha valido la pena.

Cojo la hermosa flor que aun conservo cerca de mi corazón. La beso dulcemente y la dejo en el borde del camino.

Sonrío.

Sonrío tristemente mientras una lágrima resbala por mi mejilla para acabar siendo absorbida por los casi inexistentes centímetros de tierra que quedan entre el oscuro abismo y yo.

Cierro los ojos.

Suspiro una vez más.

La última.

Doy un paso más hacia delante.

El último.

martes, 20 de mayo de 2008

BAJO LA MÁSCARA

Era una noche como cualquier otra. Yo estaba sentado en la cama de la habitación 303 y, como de costumbre, mi única compañía era la de una pequeña lámpara de aceite que iluminaba levemente la habitación. Solo... estaba completamente solo entre aquellas cuatro paredes que me aprisionaban cada vez más, hasta que sentía como me ahogaba entre aquella oscuridad, entre aquella soledad. Me tumbé en la cama encogido, abrazando fuertemente mis rodillas por miedo a que el pecho se me rompiera en mil pedazos, sintiendo como una fuerza superior a mí lo empujaba desde dentro, intentaba desgarrarlo de una vez por todas... era la soledad.

Allí estaba yo, encogido sobre mi cama, en la habitación 303 del hotel Rivers. Todo estaba en silencio, cuando me pareció escuchar unos pasos que cruzaban el pasillo corriendo. Que raro... Pensé. ¿Quién podría ser a esas horas de la noche?

Toc toc toc........

-¿Sí? ¿Quién llama?

Silencio....

-¿Quién hay ahí?

Cansado ya de no obtener respuesta me levanté y me dirigí hacia la puerta con impaciencia. La abrí, y tras ella se me apareció una joven muchacha de rubio cabello y piel clara. Lucía un hermoso vestido de época, largo y negro como la oscuridad que tantas veces me aprisionaba en mi habitación, aunque estaba bien adornado con bordados de un color rojo intenso. La muchacha ocultaba su rostro bajo una bonita máscara de carnaval, que sujetaba con una de sus manos.

-¿Qué es lo que deseáis?

No obtuve respuesta alguna. En lugar de ésta, la muchacha me dedicó una pícara sonrisa y me empujó hacia el interior de la habitación de imprevisto, cayendo yo al suelo sin remedio. Sin soltar su máscara, la muchacha se me acercó y, sin poder yo moverme, aterrado por la situación, me susurró suavemente al oído...

-Libérame...

Acto seguido, sentí como un frío ardiente penetraba en mi cuello. No entendía nada. Ella estaba enfrente mio, de pié e inmóvil mirándome fijamente bajo la máscara. Miré mis manos, estaban teñidas de rojo, del mismo rojo con el que su vestido estaba tan perfectamente bordado, ese rojo intenso... La imagen se iba difuminando enfrente mío, y yo solamente sentía un frío espantoso que se iba esparciendo por mi cuerpo. Me costaba respirar... ya no podía respirar. Sentí como resbalaba por mis labios un río de sangre, y oía como lentamente iba goteando a mi lado. La leve luz de la lámpara se iba apagando y yo, tendido en el suelo, ya no podía moverme. Antes de que la oscuridad se apoderara completamente de mi cuerpo los vi. Esos ojos verdes que penetraban en mi mirada fríos como el acero... Entonces se acabó... Sólo hubo tranquilidad.

Allí estaba yo, tendido en el suelo de la habitación 303 del hotel Rivers, inmóvil, iluminado levemente por una lámpara de aceite, sobre un lecho carmín, bajo la atenta mirada de una joven muchacha de ojos verdes, muerto...

martes, 13 de mayo de 2008

"LE BORDEL LUXURE" Cap.1 --- Jack

El poeta acarició una de las teclas del piano con sus dedos, haciendo que un do inundara la habitación y rompiera el silencio que reinaba sobre ésta. Miró el reloj. Las tres...

Acercó una vez más el vaso a sus labios, tomando un largo trago de whisky, absorbido ya por una especie de sueño impreciso que lo envolvía.

Se llamaba Jack, y había soñado con eso que solemos llamar felicidad. Había soñado con la libertad, con el mundo, con la tranquilidad... pero había soñado demasiado. Desde pequeño, Jack había creido que las palabras eran más que meras palabras, que con ellas se podían crear cualquier tipo de cosas magníficas dotadas de gran belleza y esplendor. Jack no fue un niño normal, y mucho menos lo fue en su adolescencia, cuando solía sentarse bajo un árbol a leer a sus grandes escritores, sus amigos al fin y al cabo, que le enseñaban y aconsejaban en todos los aspectos de la vida (o al menos eso decía él). En las clases su mente se elevaba más allá de las palabras del profesor, divagaba soñando con una vida llena de belleza, una vida sin ningún tipo de preocupación, sin dolor.

Soñaba...

Jack volvió a llevarse el vaso a sus labios, esta vez acabando el contenido de éste. Miró la botella vacía sobre el piano e intentó levantarse no con poco esfuerzo. Cogió su gabardina y su sombrero y salió a la fría calle.

Aquella era una noche oscura, las nubes ocultaban el cielo tiñendolo de un inquietante color negro. Una parpadeante farola iluminaba levemente la calle, en la que solamente se distinguía la sombra de un hombre que avanzaba desorientado y solo en silencio. Al fin, entró en una pequeña puerta con un letrero luminoso en el que se podia leer perfectamente Le Bordel Luxure. Jack había escuchado comentar a unos hombres de negocios que esa misma noche una tal bailarina llamada Samantha actuaba en aquel lugar, hablaban dando voces y riendo insinuantemente mientras no paraban de repetir que el espectáculo parecía prometer. Así que decidió entrar en aquel lugar.

Una vez dentro, dejó su gabardina y su sombrero en el guardaropa y tomó asiento en una de las mesas de la sala de espectáculos mientras pedía un vaso de algo fuerte al camarero. Después de unos minutos, las luces se apagaron y una voz en off presentó a la bailarina que iba a actuar de un momento a otro, su nombre resonó en la sala haciendo que todos los espectadores se quedaran en silencio, esperando ansiosos la aparición de ésta.

Entonces, un foco alumbró el escenario y allí estaba aquella preciada joya, sentada sobre la silla, inmóvil. La música empezó a sonar lentamente mientras Samantha comenzaba a moverse y cantar junto a su pequeña silla de cabaret. Su pelo negro como esa misma noche brillaba bajo su sombrero, y sus piernas finas y pálidas como el marfil resaltaban bajo unas medias de rejilla que sujetaba con aquella liga que tantas miradas captaba. Su voz resonaba desgarradora, pero a la vez sensual. Reflejaba tanto sentimiento, tanta tristeza, tanto dolor...

(Continuará...)

miércoles, 7 de mayo de 2008

EL ÁRBOL DE LA FELICIDAD

En primer lugar, muchísimas gracias Ricky por elegirme para cumplir esta tarea tan divertida, me hace mucha ilusión plantar este arbolito en mi blog^^


Y ahora tengo que poner aquí la tarea que me han encomendado.
Este árbol trae consigo una tarea, que es la siguiente :
1) Poner el enlace de la persona que nos eligió
2) Anotar todo lo que estoy anotando. Jajaja y vale copia exacta !
3) Compartir 6 cosas que no consideremos importantes y 6 cosas que nos gusten mucho mucho.
4) Elegir a seis personas a que hagan la tareita.
5) Avisarle a los elegidos dejándoles un comentario en cada blog.

Bien, una vez puestas las normas, aquí están las cosas que considero importantes y las que no:

COSAS IMPORTANTES:

1- Hacer felices a los que nos rodean. No hay nada mejor que ver la sonrisa de tus seres queridos.
2-El presente. El presente lo considero importante porque el futuro es pasado y por más que lo recordemos y deseemos que vuelva no va a volver. En cuanto al futuro, nadie sabe qué nos deparará, así que mejor dejar que venga e improvisar ante él.
3- El arte. Ésto es más personal. El arte es una vía mediante la cual podemos expresar nuestro mundo interior, ya sea mediante palabras, imágenes, sonidos... No hay nada mejor que leer un buen poema, escuchar una bella pieza musical o observar una magnífica pintura.
4- La amistad. Nuestros amigos siempre suponen un apoyo moral insuperable. Siempre están ahí cuando los necesitas, en los momentos buenos y en los malos. Comparten con nosotros gran parte de sus vidas sin esperar nada a cambio, solamente nuestra amistad.
5- El amor. Otro sentimiento importante. Nos mantiene con esperanza y ilusión. Además nos hace sentir libres, vivos... Más que el amor, lo importante sería la persona amada, que nos hace volar sin poseer alas, que nos da un buen motivo para vivir... (En mi caso, lo importante es mi cariñeeet xD Ay como te quiero!^^)
6-La libertad. Aunque la haya puesto la última, no por eso es la menos importante. La libertad nos hace sentirnos completamente vivos. Si ésta nos es negada, no vivimos nuestra propia vida y nos es imposible disfrutarla. Hay que defender la libertad de las personas en todo momento.

COSAS NO IMPORTANTES:

1-Algunos de los programas de la televisión. La comunicación visual se está convirtiendo cada vez más en una forma de espectáculo. Algunos programas actuales me hacen hasta llorar, pero no de emoción, sino de lástima. Lástima por descubrir de lo que son capaces las personas por tal de ganar dinero. Aunque no me parece demasiado extraño teniendo en cuenta que la forma más eficaz de gobernar a la gente es gobernar el lenguaje (Sobre ésto ya escribiré).
2-Los prejuicios. Las cosas no son casi nunca como nos lo parecen a simple vista. Para juzgar a alguien primero tendríamos que conocerlo mínimamente para saber como es y como piensa. No es oro todo lo que reluce, ni tampoco es bello al principio el caro diamante. No juzguemos a simple vista por favor.
3- El egocentrismo. Me ponen enferma las personas que se creen superiores a los demás y encima se ocupan de hacerlo saber. Nadie, y repito NADIE, es perfecto y quien se crea que lo es, me compadezco de él porque vivirá toda su vida engañado.
4- El criticar. ¿Para qué criticar? ¿Nos va a hacer mejores personas el resaltar los defectos de los demás? (solo digo eso).
5- Ligar en las discotecas todos los sábados con gente diferente (como se nota que me voy quedando sin ideas xD). Esta nueva afición no tiene ningún beneficio ni perjudica. Así, que me es completamente indiferente. Aunque respeto a la gente que se dedica a ello constantemente, no es algo que me guste practicar, y por lo tanto no me parece importante.
6-Lo que opinen los demás de mí. No me importa en absoluto, siempre que lo que haga no perjudique a mis seres queridos. Soy libre de hacer lo que quiera y cuando quiera sin importarme el "que dirán". Quiero ser Yo misma las 24 horas del día y no dejarme llevar por lo que van a pensar de mí.

En fin, ya están todas las cosas importantes y no importantes. Ahora tengo que elegir a 6 blogs para que hagan la tarea. Y los elegidos son...(redoble de tambores...xD)

1-Mis compañeros del blog "Benijoves". Con los que comparto blog y les quiero muchísimo!! Eh, Anna y Lluís.
2-A Ana Ovando con su blog "Voces Griegas". Que es mi profesora de griego y se lo merece^^.
3-A los chicos de "Escribiendo que es gerundio". Porque la verdad esque se están esforzando mucho con su blog y dipositan en él una gran ilusión.
4-Al blog "En el ojo del huracán", para que planten este árbol con entusiasmo.
5- A los rayados de "Es lo que pensamos", porque me entretienen muchiiisimo xD
6- Y por último, al blog "Litterae". Un blog muy interesante con mucha información sobre la literatura española y sobretodo sobre los actos relacionados con el arte que se hacen por aquí cerca.

Pues eso ha sido todo por ahora. Una vez más gracias Ricky por acordarte de mí y mi blog, y en cuanto a los demás, espero que plantéis pronto vuestro árbol de la felicidad. ^^

lunes, 5 de mayo de 2008

missed me (dresden dolls)


Bueno, aqui os dejo una canción que le va genial al texto anterior. Es del grupo Dresden Dolls y se llama Missed Me. Espero que la disfruteis ^^

miércoles, 30 de abril de 2008

"LE BORDEL LUXURE" Cap.2 --- Sam


Todo estaba oscuro, frío y tranquilo. Sentada en la silla, sin ver nada más que una sombra que lo envolvía todo escuchaba no muy lejos los murmullos de unas voces que no paraban de hablar entre ellas, haciendo incomprensibles sus palabras. De repente esos murmullos se convirtieron en apenas unos susurros y escuché como se corría el telón lentamente delante mío. Todo seguía oscuro hasta que un foco se iluminó de repente cegándome al momento. Pero a pesar de todo yo seguía sentada e inmóvil en la silla. La música empezó a sonar suavemente inundando la sala, así que empecé a seguir insinuantemente su melodía con mi cuerpo, jugando con la silla que tantas noches me había acompañado, mientras utilizaba mi sensual pero desgarradora voz para acompañar aquella melodía que era casi como mi hermana.

Una noche más, yo estaba en el escenario de Le Bordel Luxure exhibiendo mi número de cabaret ante aquellos empresarios bien vestidos que solían pasarse cada noche por allí, dejando a sus mujeres solas en casa y gastando todo su preciado dinero en nosotras, las chicas del cabaret.

Así, una vez más mi espectáculo llegó a su fin. Sonando la última nota, poderosa, en el piano. Me quedé de nuevo sentada en la silla, como al principio, inmóvil, sólo que esta vez con la respiración acelerada e irregular. El foco fue pagándose poco a poco hasta que de nuevo volvió a reinar la oscuridad y el silencio. Un silenció que quedó roto por una oleada de aplausos. Lo mismo que siempre...

El telón se cerró y me dirigí a mi camerino, mientras Ray me hablaba de lo magnífica que había estado. Sí Ray... le repetía una y otra vez con una voz monótona y distante. Al fin entré en mi camerino y me dejé caer sobre el sofá agarrando la botella de whisky y un vaso. Un trago... otro trago... La botella se iba vaciando mientras las manecillas del reloj abanzaban. Una hora... otra... Las horas iban pasando y yo estaba allí, tirada en mi camerino y con la compañía de una botella de whisky...


Continuará... (algún día pero continuará)

martes, 22 de abril de 2008

CAZADORA DE NUBES


Estando yo en clase de filosofía, fijé la vista en la ventana. Un día claro. El sol resplandecía en el cielo azul celeste mientras un suave viento soplaba, llevándose consigo suavemente las hojas de los árboles que había alrededor. Aunque también arrastraba algo más, también llevaba tras de sí unas esponjosas y blanquecinas nubes que parecía que paseaban tranquilamente por el cielo. Su movimiento, leve pero constante, me mantenía hipnotizada. Aquellas pequeñas nubes de polvo y vapor de agua fueron por instantes dueñas de mi mirada, y yo me sentía su cautiva.

Así, que empecé a pensar...

¿Cómo podían ser tan perfectas las nubes esa mañana?

Y el deseo se apoderó de mi ser, como tantas veces me ocurría...

"Me gustaría tanto poder surcar el cielo sobre una de esas nubes de algodón que tanto me atraían, viajar sobre ella hasta los lugares más recónditos del mundo, sin que nada importase, sin que el tiempo, el espacio, las causas, las consecuencias, nada importase... nada.

Me gustaría que me acunaran por las noches, acariciándome suavemente mientras duermo con sus suaves formas...


Y que el cielo me tapara con su fino manto de estrellas, para protegerme, para darme calor, para cuidarme...


Me gustaría... me gustaría tener mi propia nube y que tú estuvieras en ella."

Entonces sonó el timbre. La clase había terminado. Yo estaba sola en el aula, sentada en la silla, apoyando mi cabeza sobre mis manos, con la mirada fija en la ventana.

martes, 8 de abril de 2008

PALABRAS

Palabras...

Siempre vienen a mí cuando menos las necesito, cuando más ansío el silencio. Fruto de alguna musa traviesa aparecen en mi cabeza creando a veces largos textos, a veces una sola frase llena de significado. Y entonces pienso... pienso en esas inoportunas palabras llenas de significados ocultos que me mantienen toda la noche en vela. Pensando.

Díme traviesa musa ¿por qué envías esas condenas en mi tranquilidad?

Palabras...

Cuanto más las busco, menos las hayo. Quisiera explicar con palabras todo lo que mi corazón es capaz de sentir, me gustaría ser capaz de escribirlo hoy aquí. Lo he intentado, pero en mi intento he fracasado... Es imposible mostrar con palabras algo tan ultra terrenal, es imposible que unas simples letras, unas simples grafías, puedan mostrar algo tan indescriptible.

¿Cómo puedo decirte lo que siento, amor mio, si no encuentro palabra capaz de expresar tan grandioso sentimiento? ¿Cómo...?

¿Dónde estás traviesa musa, inspiradora de grandes versos, dueña de las palabras? ¿Dónde estás ahora que mi alma implora tu presencia?

Temo que mi desesperada búsqueda sea en vano, temo que esa palabra que tanto ansío no sea más que una esperanza vacía...

Temo...

Pero en mi temor, una luz me reconforta. Una luz me guia y me protege de tanta oscuridad rodeandome con sus fuertes brazos.

Esa luz es mi vida...

Esa luz...

Esa luz eres tú.

martes, 11 de marzo de 2008

LA MUCHACHA Y SU VIOLONCELO



Antes de leer lo que he escrito a continuación, me gustaría que entrarais en el link http://www.youtube.com/watch?v=sPY7xL1JItQ&feature=related y que lo escucharais mientras leéis este breve escrito. Personalmente opino que junto con este Preludio de la suite No.5 de J.S.Bach se disfruta y se entiende mucho más que sin él. Siento no poder poner la pista de audio aquí, pero es que he tenido una serie de problemas para subirla. Así que si podéis escucharlo mientras lo leéis os aseguro que no os arrepentiréis.


"La muchacha acariciaba su violoncelo con el arco y sus dedos se movían furiosamente sobre las cuerdas, haciendo sonar esa melodía...

Cada nota que tocaba era un latido de su corazón, ese corazón que ahora luchaba por salir de su prisión, por unirse con la melodía que poco a poco inundaba la habitación. Su respiración cada vez era más agitada, pero Samantha no era consciente de ello. De hecho, no era consciente de nada. Cada vez que tocaba su violoncelo su mente se separaba de ella, volaba subiendo cada vez más y más hasta perderse más allá de las nubes, más allá de las estrellas...

El tiempo no importaba, el espacio no importaba, nada importaba. Sólo existían ella y la música. La melodía iba avanzando y la muchacha empezaba a sentir el dolor en sus dedos, pero el dolor tampoco importaba. Sus manos se deslizaban de arriba a abajo del mástil sin descanso goteando levemente gotas de sangre carmín producidas por el roce de las cuerdas. Una gota... otra gota... éstas iban resbalando sobre el violoncelo mientras la joven muchacha tocaba eternamente.

El preludio de la suite No.5 de J.S. Bach llegaba a su fin, y con él el mundo que bajo los párpados de la muchacha se había estado formando... Samantha acarició las cuerdas por ultima vez con dulzura mientras una lágrima despedía la melodía.Y luego sólo quedó el silencio. El silencio.... "

miércoles, 5 de marzo de 2008

LA VOZ...

Tirada en mi cama siento la fria caricia de la noche sobre mi piel. Empapado, mi febril cuerpo tiembla bajo las sabanas. Frio. Calor. víctima de mis delirios escucho una voz, débil y lejana, susurrando mi nombre...


Intento buscarla entre las sombras que ahora lo deboran todo, intento encontrarla en mis sueños más profundos.

¿Dónde estás bella voz que me susurras? ¿Dónde estás?

Ella sigue hablando....

"Cierra los ojos. Duerme. Ven conmigo..."

Miro a mi alrededor con los ojos vidriados intentando encontrarla. No hay nada. Nada...

¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí?

"Lo sabes." Se limita a decir.

¡Déjadme malvada doncella! ¡Déjadme sola en mis delirios! No caeré en tu cruel trampa, a mi no podrás engañarme.

"No sufras, yo te llevaré allí donde podrás al fin descansar, sin dolor, sin preocupaciones, sin amor... No temas..."

Dejádme almenos un día más... os lo ruego. Sólo un día, sólo un beso más....

"No puedo concederos tal deseo. Ha llegado la hora..."

No...

Una tos seca desgarra en mi garganta. Se va apagando mientras un hilo de sangre carmesí acaricia mis labios.

Una lágrima resbala por mi rostro...

Te amo...

Ya no hay nada. Ni frio, ni calor, ni luz, ni oscuridad, ni dolor, ni amor...

sábado, 1 de marzo de 2008

ARTE Y PICO



Bueno, antes de todo gracias a Ricky por el premio. Esto es algo que me anima muchísimo a seguir escribiendo en el blog. Te lo agradezco.


Aquí estan las normas que debo colgar:

-Nominar cinco blogs que considere merecedores de este premio, por su creatividad, diseño, material interesante y que aporten algo a la Comunidad Bloguera, sin importar su idioma.

-Cada premio otorgado debe tener el nombre del autor y el enlace al blog para que todos los lectores puedan visitarlo.

-Cada premiado debe exhibir el premio y colocarlo con el nombre y enlace al blog de la persona que lo ha premiado.

-Premiado y premiador deben enlazar al blog de Arte y Pico (Eseya) para que todos conozcan el origen de este premio.-Publicar las reglas del premio.

Y ahora los premios:

El primer premio es para mi querido amigo Ricky con su blog "Atrapado en mi buhardilla" (http://www.ricardocharco.blogspot.com/). ¿El motivo? Su forma de escribir es indescriptible. Espero que nunca lo deje.


El segundo es para el blog "Es lo que pensamos" (http://www.esloquepensamos.blogspot.com/), ya que tantas veces me han hecho reir.


El tercer premio es para el blog "Litterae" (http://www.benilitterae.blogspot.com/). Que contiene todo tipo de información relacionada con la literatura, teatro, cine... En fin, es un blog bastante interesante.

El cuarto premio se lo doy a "Escribiendo que es gerundio" (http://www.benidoc.blogspot.com/). Por el esfuerzo y entusiasmo que dipositan el él.

Por último, le doy el premio al blog "¡Por los dioses del Olimpo!" (http://www.porlosdiosesdelolimpo.blogspot.com/), ya que se puede encontrar muchísima información acerca de la mitología clásica.

Bueno, creo que ya está todo. Animo a todo el mundo a entrar en estos blogs tan maravillosos.

Hasta la próxima.






miércoles, 20 de febrero de 2008

SUEÑO...

Yo sueño...


Sueño con la luna, brillante y redonda. Me baña en la oscuridad de la noche, me arropa y me consuela en el dolor de mis silencios. Me mira desde lo alto del cielo y me habla sin palabras, pues todo es nada y nada es todo para nosotros.


Sueño con el mar, y sus olas infinitas me abrazan sin descanso, me llevan a algún lugar.


¿Dónde me llevan las olas? ¿Dónde me arrastrarán?


Sueño con la osuridad, y ésta me oprime, no me deja respirar... Pero en este tormento me acaricia y me besa, me susurra, me ama...

Sueño con la soledad ¿Sueño? No... esto es real. Pero en mis sueños Luna, Mar y Oscuridad acuden a por mi alma, desgastada ya, para llevarla a un lugar seguro donde al fin no sienta más.


¿Sueño o vivo? ¿Vivo o sueño? Me cuesta diferenciar... Ellas dicen que sueño, me susurran que me deje llevar... Gritan mi nombre, gritan sin más. Quieren que lo haga, y que lo haga ya...


¡¡¡Callaos!!! Dejádme en paz...




Solo quiero tranquilidad...






*Imagen: "El grito" de Edward Munch

viernes, 8 de febrero de 2008

UN LUGAR LLAMADO NADA

La muerte me guiña un ojo,
me jura silencios en mi dolor,
promesas de un vacío intenso
donde no existe más color

que el que da mi propia sombra
reflejado en un muro de aire,
levantado en el recuerdo,
en la paleta del eterno pintor.

La Muerte me pide un beso,
desnuda mi miedo con su voz.
Me hace el amor y en su lecho
me roba la vida,
me calma el dolor.

Me nombra el dueño eterno
de la tierra de la mar encantada,
más allá de cielo e infierno,
donde una lágrima está congelada,
donde la risa está demacrada.

Soy el rey de una tierra sin penas,
sin recuerdos, sin amor.
La patria de los que no soportaban la vida
y prefieren la cobardía
de una muerte amañada,
a enfrentarse a un nuevo día,
a luchar cada mañana...

Soy el rey de la Tristeza Deportada,
de la angustia maquillada,
de un lugar llamado muerte.
Soy el Rey
de un lugar llamado Nada.

Txus di Fellatio

martes, 5 de febrero de 2008

CONFUSIÓN

Cansada ya de la confusión que devora mi mente, escribo aquí no solo buscando respuesta o consuelo, sino con el fin de encontrar un poco de paz en medio de tanta guerra.


Parece que todo va bien pero un día despiertas y ves que no todo es como imaginabas. Te encuentras entre esas cuatro paredes intentando salir de ellas, intentando abrir la puerta que te da la libertad. Pero no hay puerta. Eso es lo que encontramos, o mejor dicho lo que NO encontramos. Somos náufragos en mitad de ninguna parte, perdidos sobre nuestra débil balsa de madera. Miramos hacia todos lados sin encontrar nada más que la nada.
Eso es, la Nada.

A veces parece que avistamos algo en medio de ese vacío, pero no tardamos en darnos cuenta de que no es nada más que nuestra mente intentando encontrar lo que no existe, eso que ansía con todas sus fuerzas y por lo que se entrega cada día. ¿Pero qué es lo que haya en vez de eso? ¿Qué es lo único que verá al llegar?

Sí, exactamente. La Nada...



*imagen: "Le radeau de la Méduse" de Théodore Géricault.