miércoles, 30 de abril de 2008

"LE BORDEL LUXURE" Cap.2 --- Sam


Todo estaba oscuro, frío y tranquilo. Sentada en la silla, sin ver nada más que una sombra que lo envolvía todo escuchaba no muy lejos los murmullos de unas voces que no paraban de hablar entre ellas, haciendo incomprensibles sus palabras. De repente esos murmullos se convirtieron en apenas unos susurros y escuché como se corría el telón lentamente delante mío. Todo seguía oscuro hasta que un foco se iluminó de repente cegándome al momento. Pero a pesar de todo yo seguía sentada e inmóvil en la silla. La música empezó a sonar suavemente inundando la sala, así que empecé a seguir insinuantemente su melodía con mi cuerpo, jugando con la silla que tantas noches me había acompañado, mientras utilizaba mi sensual pero desgarradora voz para acompañar aquella melodía que era casi como mi hermana.

Una noche más, yo estaba en el escenario de Le Bordel Luxure exhibiendo mi número de cabaret ante aquellos empresarios bien vestidos que solían pasarse cada noche por allí, dejando a sus mujeres solas en casa y gastando todo su preciado dinero en nosotras, las chicas del cabaret.

Así, una vez más mi espectáculo llegó a su fin. Sonando la última nota, poderosa, en el piano. Me quedé de nuevo sentada en la silla, como al principio, inmóvil, sólo que esta vez con la respiración acelerada e irregular. El foco fue pagándose poco a poco hasta que de nuevo volvió a reinar la oscuridad y el silencio. Un silenció que quedó roto por una oleada de aplausos. Lo mismo que siempre...

El telón se cerró y me dirigí a mi camerino, mientras Ray me hablaba de lo magnífica que había estado. Sí Ray... le repetía una y otra vez con una voz monótona y distante. Al fin entré en mi camerino y me dejé caer sobre el sofá agarrando la botella de whisky y un vaso. Un trago... otro trago... La botella se iba vaciando mientras las manecillas del reloj abanzaban. Una hora... otra... Las horas iban pasando y yo estaba allí, tirada en mi camerino y con la compañía de una botella de whisky...


Continuará... (algún día pero continuará)

martes, 22 de abril de 2008

CAZADORA DE NUBES


Estando yo en clase de filosofía, fijé la vista en la ventana. Un día claro. El sol resplandecía en el cielo azul celeste mientras un suave viento soplaba, llevándose consigo suavemente las hojas de los árboles que había alrededor. Aunque también arrastraba algo más, también llevaba tras de sí unas esponjosas y blanquecinas nubes que parecía que paseaban tranquilamente por el cielo. Su movimiento, leve pero constante, me mantenía hipnotizada. Aquellas pequeñas nubes de polvo y vapor de agua fueron por instantes dueñas de mi mirada, y yo me sentía su cautiva.

Así, que empecé a pensar...

¿Cómo podían ser tan perfectas las nubes esa mañana?

Y el deseo se apoderó de mi ser, como tantas veces me ocurría...

"Me gustaría tanto poder surcar el cielo sobre una de esas nubes de algodón que tanto me atraían, viajar sobre ella hasta los lugares más recónditos del mundo, sin que nada importase, sin que el tiempo, el espacio, las causas, las consecuencias, nada importase... nada.

Me gustaría que me acunaran por las noches, acariciándome suavemente mientras duermo con sus suaves formas...


Y que el cielo me tapara con su fino manto de estrellas, para protegerme, para darme calor, para cuidarme...


Me gustaría... me gustaría tener mi propia nube y que tú estuvieras en ella."

Entonces sonó el timbre. La clase había terminado. Yo estaba sola en el aula, sentada en la silla, apoyando mi cabeza sobre mis manos, con la mirada fija en la ventana.

martes, 8 de abril de 2008

PALABRAS

Palabras...

Siempre vienen a mí cuando menos las necesito, cuando más ansío el silencio. Fruto de alguna musa traviesa aparecen en mi cabeza creando a veces largos textos, a veces una sola frase llena de significado. Y entonces pienso... pienso en esas inoportunas palabras llenas de significados ocultos que me mantienen toda la noche en vela. Pensando.

Díme traviesa musa ¿por qué envías esas condenas en mi tranquilidad?

Palabras...

Cuanto más las busco, menos las hayo. Quisiera explicar con palabras todo lo que mi corazón es capaz de sentir, me gustaría ser capaz de escribirlo hoy aquí. Lo he intentado, pero en mi intento he fracasado... Es imposible mostrar con palabras algo tan ultra terrenal, es imposible que unas simples letras, unas simples grafías, puedan mostrar algo tan indescriptible.

¿Cómo puedo decirte lo que siento, amor mio, si no encuentro palabra capaz de expresar tan grandioso sentimiento? ¿Cómo...?

¿Dónde estás traviesa musa, inspiradora de grandes versos, dueña de las palabras? ¿Dónde estás ahora que mi alma implora tu presencia?

Temo que mi desesperada búsqueda sea en vano, temo que esa palabra que tanto ansío no sea más que una esperanza vacía...

Temo...

Pero en mi temor, una luz me reconforta. Una luz me guia y me protege de tanta oscuridad rodeandome con sus fuertes brazos.

Esa luz es mi vida...

Esa luz...

Esa luz eres tú.