lunes, 20 de julio de 2015

Confesiones de una protopsicóloga

Psicólogos.

Deberíamos ser perfectos. O eso piensa la mayoría.
Fuertes, felices, resistentes, decididos, sin miedo, sin errores. Si nosotros tropezamos ¿qué será del mundo? ¿Qué podría hacer entonces la gente “normal” con sus problemas? ¿Cómo les ayudaremos?

Deberíamos ser DIOSES.

Pero no, lo cierto es que lloramos, gritamos y pataleamos, y también la cagamos. Mucho. Muchísimo a veces. Somos eso que tanto miedo nos da a todos, pero que nosotros no deberíamos bajo ninguna circunstancia. Porque sí, también tenemos mucho miedo a veces. Somos humanos. Y nos escondemos bajo las sábanas, en la penumbra de la autoimpuesta soledad, e incluso en mentiras. Nos hemos mentido cientos de veces, además de que algunas nos las hemos creído más que otras. Lo siento, pero también hemos hecho mal las cosas y hemos hecho daño a personas. Personas como vosotros, a los que se supone que deberíamos salvar. Somos asquerosamente humanos.

A veces nos torturamos hasta que perdemos la noción de nosotros mismos, y lanzamos la realidad por la ventana esperando que le pase un coche rápido por encima y la remate. Por favor. Os lo juro, darse cuenta de que no eres el dios que todo el mundo espera es… Y caemos. Bajo, muy bajo y más bajo. Nos preguntamos entonces quién es el que nos ayuda a nosotros, mientras seguimos descendiendo escalones. "Fracasados..."

Y no nos damos cuenta de lo más absurdamente obvio, de que son escaleras. Lo sabíamos ya, se lo enseñamos a la gente que está abajo, en medio y en el borde del primer escalón. ¿Cómo hemos podido olvidarlo? ¿Cómo es tan duro subirlas de nuevo? Lo intentamos, y por cada dos, tres, cuatro… bajamos otra. En los manuales no se aprende ¿verdad? Sabíamos que costaba pero ahora cuesta de verdad. Aun así.

Aun así, maldita sea, seguimos luchando. Buscamos recursos que nos parecían fáciles de dar pero ahora son un reto. Rectifico: EL RETO. Vemos la ironía. Pero quizá al final sea eso, quizá no tengamos que ser dioses. Igual siendo humanos podamos hacer algo. Quizá… es que no tenemos que rendirnos.



No hay comentarios: